Tenía dos opciones, elegir entre irme al cumpleaños de Alex, y quizás arrepentirme de lo que pudiese ocurrir, o irme con los de mi clase y esperar a que Kevin viniese.
Finalmente decidí quedar con mis compañeros, a lo mejor podía distraerme y olvidar todos los problemas que tenía en aquel momento.
Como todos acordamos quedamos en la plaza central a las 8 y media, evidentemente Kevin no estaba allí, pero ahora no iba a pensar en ello, fuimos a un bar a cenar y después compramos las bebidas.
Hicimos un pequeño fuego en la playa, y entre copas y risas me divertía.
Estuve gran parte de la noche con Ash, Mariam, también vino Adriana y Cristian, un chico de mi clase que era bastante alto, con los ojos verdes, muy simpático y agradable.
Cuando terminamos de beber nos dirigimos a casa de Dani, yo, iba un poco afectada y me agarré a Cristian.
Unos segundos más tarde me empezó a sonar el movil… Efectivamente, era Kevin.
- ¿Dónde estáis?
- De camino a casa de Dani.
- Ahh vale vale, pues esperarme en la esquina de su casa, voy de camino. Oye por cierto…
- Dime- respondí.
- ¿Con quien estás?
- Con Cristian.
Un silencio permaneció unos instantes.
- ¿ Te vas a liar con Cristian?- preguntó seriamente.
- No, ¡cómo me voy a liar con Cristian!, anda calla y date prisa.
Debo admitir que Cristian era el chico que cualquier mujer querría tener a su lado, pero yo lo tenía muy claro, ¡a quién quería era a Kevin!, y por fin iba a venir, no me esperaba tal sorpresa.
Cuando llegó me saludó con un beso en la mejilla, y subimos a casa de Dani.
Al llegar Kevin se sentó en la ventana y empezó a fumar.
Cuando abrirmos el sofá cama del salón, la mayoría de la gente se fue, me tumbé al lado de Kevin. Le tenía muy cerca de mí, estábamos abrazados, pero él repetía de vez en cuando para sí:
- Tengo novia, tengo novia, tengo novia…
Le puse la cabeza sobre el pecho y él se levantó la camiseta, comencé a hacerle cosquillas por el pecho, por la tripa…
Mariam y Cristian se quedaron en el salón, Kevin y yo fuimos a la habitación de los padres de Dani.
Tenía sueño, por lo tanto nos tumbamos en la cama, y me pidió que le mandase un mensaje a su madre diciéndole que estaba en casa de un amigo.
Yo tenía frío, él me prestó su chaqueta.
Lo notaba sí, estaba muy cerca de mí, su grueso pelo acariciaba mi rostro, sentía los latidos de su corazón, acariciaba su pecho, olía su olor, su aliento rozaba mi cara, puedo asegurar que estaba algo nerviosa, quizá confusa, pero había algo que sí sabía… Había esperado mucho este momento, puede que demasiado, pero merecía la pena, era la mejor noche de mi vida, debía aprovechar cada segundo, cada instante…
Si es cierto que sólo estábamos tumbados, y al parecer él se había dormido ya.
Su gorra se descolocó, sus pequeñas rastas rozaban mi nariz.
Había de fondo un molesto tictac de un reloj de pared.
No importaba nada del exterior, sólo quería que se detuviese el tiempo.
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