miércoles, 23 de noviembre de 2011

CAPÍTULO 17 'tan cerca'

Nunca había deseado tanto algo como lo deseaba en aquel momento. Puedo asegurar que lo quería, lo quería de todas las formas posibles, en unos meses se había convertido en una de las personas más importantes de mi vida. Sólo le necesitaba a él.
Al día siguiente en la clase de informática su cara irradiaba una gran felicidad y satisfacción.
-Bueno, bueno, que te pasa que tienes una carita de felicidad- me empecé a reír.
-Siento como si me hubiese quitado un gran peso de encima.
-¿Es por lo de tu ‘novia’?- pregunté con cara de insatisfacción.
-Bueno, el término correcto sería EX novia- me sonrió.
-¿Ya lo habéis hablado todo?
-Sí, me da pena porque la tenía cariño, esto no conducía a ninguna parte.
Me callé.
-Yo en realidad, ahora mismo sólo estaría con otra persona…
Mi corazón latía con más fuerza, me puse nerviosa, ¿y si quería a otra?
-¿Y quién es ella?- pregunté con seriedad
-Alguien que lleva en mi mente desde la primera vez que la vi. Pero bueno, no vamos a hablar de mí ahora. ¿Quieres que salgamos en la siguiente clase? Podemos ir a dar una vuelta por la playa.
-Me parece bien- le sonreí.
Cuando sonó el timbre de que había terminado la clase juntos salimos del instituto y nos dirigimos a la playa. Fuimos todo el camino agarrados de la mano.
-¿Qué pasará el año que viene?- pregunté.
-¿Qué pasará con qué?
-No estaremos juntos en clase, y todo acabará.
Me miró, puso su mano sobre mi pierna y se acercó hacia mi oído.
-Nunca se sabe- me susurró.
En ese momento su mano subió hacia el bolsillo de mi pantalón, sacó mi carnet de identidad. Se empezó a reír.
-¡Dámeloooo! Que salgo fatal.
-No, no- siguió riéndose.
Él se levantó y comenzó a correr con mi carnet en la mano, comencé a correr tras él.
-Idiota, dámelo.
Se giró y tropezó en la arena y se cayó, estábamos corriendo por la orilla y se había mojado entero.
-Jajajajajaja ¡mírate eso te pasa por tonto!
Me miró seriamente.
-¿Crees que sólo yo voy a estar mojado?
-¿Qué dices? Espera, no, no, no pretenderás.
Comencé a correr de nuevo, pero me alcanzó. Me abrazó por detrás y juntos caímos en la orilla.
Yo estaba tumbada sobre él, estábamos muy cerca el uno del otro, sus labios empezaron a aproximarse hacia los míos…. En ese mismo momento comenzó a sonarme el móvil que tenía en la chaqueta. Nos apartamos rápidamente, cogí el móvil, era un mensaje de mi madre, tenía que irme.
-Me tengo que ir…
-Esta bien…- me contestó
-Entonces… ¿mañana nos vemos, no?
-Sí… ¡Espera! Estás empapada, vas a coger frío, puedes llevarte la sudadera que he dejado en la arena al lado de las mochilas.
-No, no hace falta…
-Sí, toma- me la dio.
-Gracias Kevin.
Al despedirme me dio un beso en la mejilla, noté como sus ojos se clavaban en mí mientras me alejaba.

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