sábado, 17 de septiembre de 2011

TRUE STORY.

PRÓLOGO

Dicen que el destino de uno mismo está marcado desde su nacimiento, pero no es así, nosotros mismos construimos nuestro futuro poco a poco, con nuestras acciones, decisiones, conseguimos cambiar el rumbo de nuestra vida. Creo, o al menos pienso que eso fue lo me ocurrió a mí, en apenas unos meses mi vida dio un giro de 180º.

CAPÍTULO 1 ‘Un pequeño cambio’

Había sido un verano especial, aunque no había convencido a mis padres para que saliésemos fuera de vacaciones.
Vivía en Venice, Los Ángeles. Allí tenía una gran casa cerca de la playa. Era hija única, por lo tanto solía invitar a mi amiga Ashley a pasar el mes de agosto conmigo, juntas paseábamos por la playa, nos bañábamos en mi piscina… Era como una hermana para mí. 
Todos los dulces recuerdos de esas vacaciones permanecían en mi mente constantemente, pues había llegado el mes de Septiembre y nuevamente tenía que empezar el instituto. Empezaba el grado once de la educación Secundaria.
Libros, cuadernos, estudiar… volvía a una monotonía diaria bastante aburrida.
Ver las mismas caras, los mismos chicos de todos los años, era una idea un tanto desesperante.
Frente al descontento con la clase que me asignaron decidí cambiarme a la de Ashley, ya que nos había tocado separadas, al menos estaría con ella, y estos meses serían más amenos junto a ella. 


Llegó el día, el primero del curso escolar. Entré en el aula, me senté al lado de Ashley, miraba a mi alrededor, todo el mundo hablaba, reía… De forma inconsciente, casi automática me giré hacia mi derecha.
Una gorra, pelo rizado, algo despeinado, con cinco rastas, y una dilatación en la oreja, algo delgado, con aires de skater. Un chico al que no conocía de nada me miraba descaradamente, clavaba sus ojos sobre mí, no apartaba la vista ni un solo instante. Lo que provocó en mí un gran nerviosismo.
-    ¡Yasmín, Yasmín! ¿has visto a ese? –me dijo Ashley.
-    ¿Ese quien?
-    Ese, el de la derecha, ¡no para de mirarte!- Ash le señalaba y reía, ella también se había dado cuenta.
-    Anda ya Ash, deja de decir tonterías, que no me está mirando…
-    ¡Que sí! Mírale, no aparta la vista- volvió a señalar.
Notaba sus ojos sobre mí, pero no quería darle mayor importancia a la situación. Aunque lo cierto era que no le conocía de nada, ¿por qué me miraba tan descaradamente?

A la siguiente clase, solo fueron ocho personas, pues el profesor no había venido. Todos estábamos en un corrillo hablando, cuando de repente llamaron a la puerta.
-    Puedes pasar- dijo el profesor
-    ¿Dónde está todo el mundo?
-    Hay guardia, el profesor titular no ha venido, puedes sentarte.
Era el chico de antes, se aproximo hacia nosotros, se sentó en la silla que estaba a mi izquierda. Empezó a hablar, descubrí algo sobre él se llamaba Kevin, y había repetido este curso.
Tenía un dulce acento que me llamaba la atención, puede que no fuese de aquí y se hubiese trasladado hace poco tiempo.
Durante la clase estuvimos hablando las nueve personas presentes.
-    En informática estoy sola, pues Ash ya tiene un compañero desde antes de que yo me cambiase. – comenté
-    Si, la verdad es que te vas a aburrir bastante y a la hora de hacer los trabajos es bastante complicado, no sé si habrá alguien sólo, puedes preguntar a la gente- dijo Marian.
En ese momento Kevin, que se encontraba distraído alzó la mirada, y pronunció unas palabras:
-      Yo tampoco tengo compañero, siéntate conmigo- me sonrió- si quieres…

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