martes, 20 de septiembre de 2011

CAPÍTULO 2 ‘Algo que me inquieta’



Al llegar a casa me puse a pensar en todo lo que había ocurrido en mi primer día de instituto.
Se me venía continuamente la imagen de Kevin, su extraña vestimenta, su pelo, su forma de comportarse. Me inquietaba bastante. Era un chico algo extraño, y eso hacia que captase mi atención. Hablaba poco, pero tenía una profunda mirada.
A la mañana siguiente, la primera clase del día era informática. Cuando entré en clase pude ver a Kevin sentado al fondo, una silla libre estaba junto a él.
Me aproximé y me senté.
Un silencio continuo y tenso permaneció durante un rato. De vez en cuando alzaba la vista y Ashley me sonreía.
De repente noté una mano que me acariciaba la pierna.
- Vamos Yasmín hay que hacer este trabajo.
Un escalofrío me recorrió por todo el cuerpo. No había hablado apenas con él, y aún así estuvo toda la clase diciendo tonterías, que ahora no recuerdo, pero en ese momento provocaban en mí miles de carcajadas. Quizás lo hacía para romper el hielo.
Nunca, admito, nunca, me había puesto tan nerviosa, tenía un fuerte rubor en las mejillas, me sudaban las manos, y lo peor de todo, no podía parar de reír. De vez en cuando se apoyaba sobre mi pierna, el también reía y me sonreía. La clase se me hizo muy corta.
Al finalizar esta, me reuní de nuevo con Ash.
- ¿Qué tal con tu nuevo compañero?- se rió
- Bien… Es un chico bastante gracioso
- Me he estado fijando bastante en su comportamiento contigo. Es muy extraño, ¿no?
- ¿Por qué?
- No se… ¿Muchas confianzas para ser la primera vez que habláis no?, la forma en la que te mira, en la que te sonríe, es, distinto a los demás, ¿no crees?
- La verdad es que me llama la atención su forma de comportarse, en general, él…
- Uy uy uy
- No, Ash ¡no!.
- Bueno, el tiempo lo dirá- se volvió a reír.
Sabía que era extraño, que Ash tenía razón, y lo peor de todo que había llamado mi atención completamente. Pero no quería afirmarlo, me negaba a mi misma.

Los siguientes días transcurrían con normalidad, lo cierto era que cuando llegaba la clase de informática, Kevin siempre conseguía sacar de mí una gran sonrisa, y sentirme muy a gusto a su lado.
Descubrí algo más sobre él, nació en Londres, de ahí su acento, pero se había trasladado a Venice hacía apenas dos años, tenía una hermana pequeña, pero su padre trabajaba en España.
Lo cierto era que me gustaba hablar con él, hacía que me olvidase de todo y que el mundo exterior dejase de existir.

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